Cerrado
Alcanzan las manos ese género y
lo vemos -nosotras--
rodar (sentadas sobre el mostrador
las piernitas flacas golpean
su madera y creeeemos que habrá
siempre
así) hasta que se detiene.
Tienda y tela llenas de flores.
Disfruta de su espesor
y mide.
Con la memoria
cubre
de vestido
otro cuerpo.
Alcanza para ello.
Se ve
porque tranca la puerta.
© Susana Szwarc
La memoria y la tela y esa puerta trancada en el ilustración y en el poema. Buenísimo.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Lo íntimo y el recuerdo sobre el cuerpo de la memoria tienda y tela ¡Cuantos recuerdos Susana ! Un abrazo
ResponderEliminarSusana, me han maravillado TIENDA Y TELA y poema, el que –como sabemos–es también texto, tejido. Una vez que se instala la memoria el yo poético queda encerrado en la tienda, encapsulado en la tela como el gusano de seda, ya que estamos en lo textil y vive otro tipo de realidad. Hace poco comenté un poema tuyo donde se horneaban unas tortitas tradicionales de la tierra de los ancestros.. Con éste son dos poemas excelentes. Un beso
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
Hola Susana:
ResponderEliminarFelicitaciones por tu logrado poema, siempre me maravillaba desde niña ver los grandes cortes de tela y soñaba con bellos vestidos. Tu lograste colocar ese sueño en versos!
Un abrazo
Xenia