cuando el sol se acostaba
en el río, volví por las calles
de arena
hacia el terraplén
hilos de las islas,
aire...
una yegua
y
su cría, un hombre de pesca,
una
lancha
mientras volvía
a casa
como si no hubiese nadie.
© María Teresa Andruetto
Qué bello María Teresa, uno se va imaginando el paisaje, y es uno el que camina y no es nadie... gracias por compartir!
ResponderEliminarhermoso poema, sencillo, la sencillez de las cosa simples.
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela Barbero
Maria Teresa:
ResponderEliminarMe gusta tu poema por fresco y transparente. Placer de la poesía.
Un abrazo afectuoso
Carmen Amato
que amoroso es poder conversar con nuestra soledad cuando ausentamos el mundo y que dicha poder tener tu voz para expresarlo como lo has expresado, para hacérselo saber y que siempre sepa que con el poeta no puede.
ResponderEliminargracias por compartirte
francisco
Cuanta paz en el poema ...cuanta paz en el paisaje Quisiera estar allí Un abrazo María Teresa
ResponderEliminarUn poema bello que expresa la luz de lo cotidiano y nos transmuta
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