Ella desayuna flores en la esquina de sus
huesos.
Sueña cuentos de sirena abrigada con cunas
vacías.
Roza lánguida el viaje de su insomnio.
Besa a diario en silencio un ángel hedonista
que la circula toda.
Despide la realidad de sus ojos de sótano con
una pluma
que desangra el misterio de las ficciones.
Mujer que sabe lo subterráneo del misterio.
Mujer que aprieta la sed en su amuleto de
bruja.
Ahoga lenguajes en las sombras del orgullo.
En la tragedia regala abrazos ocultos.
Dispara una ternura secreta de llovizna
brillante.
Diluvia un juramento de besos como volcanes
desnudos.
En la guerras lanza dagas de miel con aroma a
coco y vainilla.
Germina desde las manos panes que derriten
latidos.
Se arrincona inmóvil si el dolor baila sobre
su cuerpo.
Con lágrimas sonámbulas deshilacha esas
prisiones deseadas.
Y elije gritar la soledad a un cielo huérfano.
Presiente que la muerte es una metáfora que
deambula disfrazada.
Ella y su vestido profundo,
golpeados de niebla,
esperan sobre la cama ,
ser gajos de la noche .
© Fabiana Posse
Elije gritar la soledad a un cielo huérfano, cuántas imágenes nos deja el poema, para desilvanarlas una a uno y hacerlas nuestras.
ResponderEliminarBeso Fabi.
Lily Chavez
Elije gritar la soledad a un cielo huérfano, cuántas imágenes nos deja el poema, para desilvanarlas una a uno y hacerlas nuestras.
ResponderEliminarBeso Fabi.
Lily Chavez
ResponderEliminarUn maravilloso y brutal poema esperanzado.
Un abrazo,
Alicia Márquez