Necesito tomar el tren bien temprano
y atravesar el gris.
Sumergirme ya en el entretejido del río,
en la lluvia cincelando su carácter,
sacando a la superficie
las cosas que para qué callar.
Descansar las penas
en su canesú de azahares
sabiendo que nos recibirá
como el pecho blando de las tías viejas.
Mañana los verdes golpearán la ventana
como un móvil de medallones madrugadores
para que no quede ni un minuto guardado.
Las gotas seguirán tarareando
en voz baja, constante, apasionada
recordándonos abrir los ojos,
permanecer despiertos
aunque después del vaivén de las lanchas,
el barro, las naranjas y la niebla
el cielo se oscurezca
poniendo condiciones,
reclamando todo menos la muerte.
© María Laura Coppié
No hay comentarios:
Publicar un comentario