1/3/13

Prosa de Isabel Llorca Bosco

                                                            
                                                           LLUVIA 
Detrás de la lluvia fresca como una abertura en el cielo, una boca  del viento,
con el brillo de las hojas que se lavan, un goteo creciente por terciopelos, estatuas y libros.
Mi orfandad se acurruca en los charcos donde se espejan angelitos de estuco.
Tal vez fue el elegir la debilidad, la trabazón de los pies, el encadenamiento de la lengua, el temblor que no alcanza lo que quiere, “el desafiar la pobreza”.
Tal vez fue no saber cuidar lo que los míos me dieron, tal vez fue mi educación católica, perdón, platónica, que me hizo abandonar los objetos. De los otros puede conservar mi corazón una gran circunferencia a la hora del rezo. La última de la estirpe debe triunfar o tener cola de cerdo, sin incesto, aunque no haya mayor promiscuidad que darles mi lugar cada tanto para vivir en mí. La extirpo aunque duela. Me escurro entre florestas con los zapatos inundados, pálida en el dersgaste pero humana. Merecería más cuchillos de hielo, más hojas de agua, que desde adentro me tiraran piedras como a mi perro-niño. Él  reconoce al enemigo, yo no. No puedo con ellos. Eternamente me desintegro. Pese a vencer no lo he hecho con la dignidad propia de los míos. Mientras los bastones de agua me golpean, veo árboles al sol, una filigrana celeste, una fortuna de lunares en el suelo y empiezo a sentir un vapor que me atrae a los rincones donde se conserva el eco de las voces, la anatomía de las letras.
El bosque son raíces, troncos de todos los diámetros. Veo ilustraciones de Santiago Caruso, pinturas de Jerónimo Bosch, los bellos inconscientes de Dalí. Los filos de baba y luz Y empieza algo que se parece a una balanza, que se  parece a lo posible.
 
© Isabel Llorca Bosco
Pintura: Santiago Caruso (Enviada por la autora del texto)

24 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

un texto de alto vuelo, isa. luego del desintegro, sí que te has armado, has vencido. la balanza te dibuja en dignidad, " pálida pero humana" hacia la anatomía de las letras, lo que te lleva hacia lo posible de lo mejor de la vida. muy bello. susana zazzetti.

1 de marzo de 2013, 15:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Isabel: este poema es una búsqueda del ser, que tiene lugar en la lluvia, que es también el tiempo y el alma prisionera en una niñez prisionera de una educación demasiado estructurada. Se suceden las imágenes, y se mencionan cuadros como los de Bosch con simbología religiosa, donde el miedo y la idea de condena se unen a las de la sociedad y sus prejuicios. El final del poema, al que el yo lírico llega llevada “por la anatomía de las letras” es una liberación lograda mediante las “voces del inconsciente” y la fuerza de la naturaleza, en lo sagrado del “bosque”. Un poema de imágenes muy fuertes y muy auténtico. Con cariño Irene Marks





1 de marzo de 2013, 18:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me gutoooo!!!... Un pequeño poema que hace homenaje a las más grandes manifestaciones artísticas con una interpretación muy personal. Esa ultima frase de Cien Años de Soledad jamás pude olvidarla, y quien no ha admirado un cuadro de Dali... Buenìsimo!!!

Un abrazo

Andrea

3 de marzo de 2013, 10:39  
Anonymous Anónimo ha dicho...

wuauuuuuuuuuu Isabel, qué buen texto. Me maravillaron varias frases..."Mi orfandad se acurruca en los charcos donde se espejan angelitos de estuco" / "aunque no haya mayor promiscuidad que darles mi lugar cada tanto para vivir en mi"
Uff...hermosísimo

Lily Chavez

3 de marzo de 2013, 12:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

wuauuuuuuuuuu Isabel, qué buen texto. Me maravillaron varias frases..."Mi orfandad se acurruca en los charcos donde se espejan angelitos de estuco" / "aunque no haya mayor promiscuidad que darles mi lugar cada tanto para vivir en mi"
Uff...hermosísimo

Lily Chavez

3 de marzo de 2013, 12:54  
Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Esa concordancia entre la lluvia externa e interna parece haber despertado a esos "inquilinos de la memoria" a los que casi siempre debemos rendirle cuentas Impecable el poema Isabel ...como siempre

3 de marzo de 2013, 21:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tu poema tiene magia y belleza con las raíces de las otras artes de los que se nutre. en síntesis: Una maravilla, Isable.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

3 de marzo de 2013, 22:01  
Anonymous Anónimo ha dicho...

isabel, literatura y de la buena, para re-leer, y re-disfrutar,
saludos
anahí Duzevich Bezoz

5 de marzo de 2013, 20:17  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Que buen poema Isabel , la infancia ,el temor,todo tan bien descripto como es tu forma de hacer las cosas ,felicitaciones un orgullo para la poesía

maeia elena tolosa

6 de marzo de 2013, 22:09  
Blogger Adriana ha dicho...

La conciencia poética fluye intensa y enigmática en este texto cargado de significaciones, alusiones y recurrencias. Excelente poema, para volver a él periódicamente, y descubrir nuevas lecturas. Un beso grande. Adriana Maggio

7 de marzo de 2013, 19:08  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Amiga: excelente prosa poética, deslumbrante!!
La memoria y el peso de los ancestros y la construcción de nuestra identidad que implica darles lugar y permitirnos nuestro recorte personal,muchas veces partiendo de la debilidad, de "temores y temblores", las dificultades para autodefinirse, luchar, llegar a expresar y dar lo que somos.
Pero el mandato de ser exitosa o no ser nada oprime la voluntad, cercena las alas. Honrar a los ancestros sin que ellos "tomen" nuestra voz, negándonos a nosotras mismas la libertad de expresar nuestra verdad, aunque sabemos que toda voz personal se nutre de tantas otras...
No se trata de vencer ni de desintegrarse, dominada por despotismos inconcientes; la balanza, la armonía, ubicarse en nuestro pequeño/posible lugar permite poner nuestros dones en el mundo y así tejer nuestra grandeza. Un abrazo querida Isabel, María Chapp

7 de marzo de 2013, 20:07  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La lluvia pareciera abrir espacios en la memoria, como si cada una de las gotas fuese por sì misma un faro hacia el cual la mirada se dirige " mi orfandad se acurruca en los charcos donde se espejan angelitos de estuco" o "esa boca del viento" o "ese goteo creciente por terciopelos..." que describe con infinita belleza esta prosa.
Por momentos esas gotas iluminan espacios de temblor, aquellos que refieren a mandatos familiares, el peso de ser el ùltimo eslabòn en cumplirlos "la ùltima de la estirpe debe triunfar o tener cola de cerdo". Es la misma luz que a la vez ilumina otra zona: la zona màs oscura " Merecerìa màs cuchillos de agua, màs hojas de agua que desde adentro me tiraran piedras como a mi perro-niño"
La lluvia como elemento de ruptura en la memoria. Abre canales con sus filos transparentes y a la vez los cierra abruptamente " Eternamente me desintegro".
Hacia el final, la lluvia se va transformando en vapor de agua " que me atrae a los rincones donde se conserva el eco de las voces, la anatomìa de las letras". Y es allì, en ese lugar tibio en donde el inconsciente construye su defensa, su fortaleza: Ese punto en el que todo lo improbable adquiere el bello y pacificante tono de la posibilidad.

Entrè a tu poema a travès de su propio tìtulo y a partir de allì permitì que goteen imàgenes e interpretaciones (interpretaciòn salvaje, dirìa algùn psicoanalista...).
Me resta comentarte que tu prosa me ha encantado!!!. Muy, muy bello trabajo, Isabel!!!!!!!
Un gran abrazo
Hilda Dìaz

10 de marzo de 2013, 13:06  
Anonymous Vivina Salvetti ha dicho...

Al lado de tan hermosos comentarios ¿qué más pudiera agregar?
Que me gustó muchísimo,la maravillosa introspección que acompaña una tarde de lluvia cualquiera, pero de lluvia como "cuchillos de hielo" que posiblemente lastimen pero también guíen la disección de recuerdos.
Un abrazo, Vivina

12 de marzo de 2013, 21:55  
Anonymous Anónimo ha dicho...

leo y releo tu poema, coincidiendo con muchos que es un poema de alto vuelo, felicitaciones
patricia corrales

15 de marzo de 2013, 15:36  
Blogger ALICIA CORA ha dicho...

Bellísimo poema Isabel, por un momento mi mente explotó en la boca del viento y terminó ahogada de admiración entre los bastones de agua. Me encantó. Felicitaciones y beso de Alicora.

16 de marzo de 2013, 9:52  
Blogger Dejistani Elisa - Directora y Diseñadora del blog ha dicho...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

16 de marzo de 2013, 16:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cara Amica,
Un poema que admite diversas lecturas, compuesto por imágenes sugerentes de tono surreal, pobladas por mundos que pertenecen al arca de la infancia, alternadas con cierto tinte onírico y pictórico, que por cierto, gravitan en una sensibilidad a flor de piel. Muy bueno Isa, te felicito.
Cariños

Elisa Dejistani

16 de marzo de 2013, 21:08  
Blogger Unknown ha dicho...

Arte, sensibilidad, sabiduría y un gran don en tu pluma...

abrazo fuerte

19 de marzo de 2013, 10:24  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Es un placer leerte Isabel! Toda la emotividad en esta "Lluvia" nos permite disfrutar de tu talento creativo. Felicitaciones!
Alicia Corrado Mélin

19 de marzo de 2013, 20:11  
Anonymous Anónimo ha dicho...

estimada poeta, debo confesar que he quedado alucinado, cargado de sana envidia, pero envidia al fin, comprendo tanto del contenido que me alucino y envidio tu forma de expresar, ojalá pudiese el uno por ciento de tu voz para así poder expresarme... que belleza tu prosa poética!!! admiraba a neruda por su capacidad metafórica, pero debo decir que si no lo has pasado por encima... te estás ahí nomás de que suceda... realmente me alucinas y me muerde esa envidia de la que ya te hable
gracias por compartirte en semejante texto me has cambiado el ánimo.
no se parece... es posible
otra vez, GRACIAS!
francisco

21 de marzo de 2013, 21:48  
Blogger Unknown ha dicho...

Isabel querida:
Tu prosa poética hinca en lo más profundo de las pérdidas: la orfandad. Tus imágenes, como tú misma lo dices en el poema, y crees merecerlo "merecería más cuchillos de hielo, más hojas de agua, que desde adentro me tiraran piedras como a mi perro-niño" me recuerdan a los actos de constrición de la religión católica. Ellas (las imágenes) son de una gran belleza y no se resignan con estas voces, buscan "los filos de baba y luz" para comenzar "algo que se parece a lo posible". Una bella catarsis, Isabel.

25 de marzo de 2013, 12:16  
Blogger Unknown ha dicho...

Isabel querida:
Tu prosa poética hinca en lo más profundo de las pérdidas: la orfandad. Tus imágenes, como tú misma lo dices en el poema, y crees merecerlo "merecería más cuchillos de hielo, más hojas de agua, que desde adentro me tiraran piedras como a mi perro-niño" me recuerdan a los actos de constrición de la religión católica. Ellas (las imágenes) son de una gran belleza y no se resignan con estas voces, buscan "los filos de baba y luz" para comenzar "algo que se parece a lo posible". Una bella catarsis, Isabel.

25 de marzo de 2013, 12:16  
Blogger Marina Kohon ha dicho...

Me encantó la intensidad de este texto.Un abrazo.

2 de abril de 2013, 17:08  
Anonymous Anónimo ha dicho...

ISA Tu poema me remonta a las pasiones, cuando niños las pasiones nos desbordan, nos acechan, nos asustan,tu poesía es esa pasión con que la inocencia de un niño se las arregla con las pasiones
luego vendrá la razón, el equilibrio
MARTA P

13 de mayo de 2013, 13:02  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio