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20/2/13

Poema de Isabel Krisch

 

los muebles amontonados se miran entre sí
cargan sobre sus espaldas de madera
lo que antes soportaban las otras
son individuos vivos en las noches ingrávidas
y dialogan entre ellos acerca de este nuevo tumulto
no saben si vienen o se van
no reconocen la comarca
pero respetan el silencio de un rayo que se filtra 

la pareja de la lámpara sigue bailando
en su estructura pálida de azúcar
aunque sólo la clásica música
prologue una sátira de valsecito vienés 

debajo de los liencillos los sofás
tejen historias de sueños salvajes
de cuero y capitoné 

los acantilados de los cuadros
despiden a las gaviotas
en desconsolado vuelo de óleos azules
y abismos marinos  

los caireles de las arañas
disfrazan en miles de iridiscencias
la luz que se peregrina y expande 

los muebles sacrifican sus espacios
superpuestos
en sensual hacinamiento
aglomeran su altivez
exhalan el polvo
y esperan

 

© Isabel Krisch

3 comentarios:

  1. Isabel: Tu pones en duda en tu poema esa idea de que las cosas no tienen alma, al proveer de sensibilidad y sensualidad a los muebles me haces pensar que la sensualidad es una y puede tocar aun lo mas inanimado , inevitablemente. Tu poemas es muy imaginativo y sensible. Me gusta por eso.

    Un abrazo


    Carmen Amato

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  2. Le diste vida a lo material, te felicito, me agradó imaginar cada objeto.
    Va un abrazo
    Betty

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  3. David A. Sorbille dijo...
    Magistral poema, Isabel. Un abrazo

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