CREÍA
Creía en
su amor inexpugnable
última
estación
en ese
tren
que
desafiaba el tiempo
en el
tiempo
detenido
en su voz
como un
pájaro sobre el aire
en sus
besos
con sabor
a siempre
en la
persuasión de su piel
en el
deseo
translúcido
sensual
de sus
manos
creía
en los
abismos
vértigo
en el estómago
cuando
caminaba
con ojos
ciegos
sobre esa
cuerda floja
que
algunos atraviesan
en nombre
del amor
creía
en la
magia del silencio
en las
tormentas de sus ojos
pero la
lluvia
arrasó
con ella
© Anamaría
Mayol
Triste y hermoso poema, un abrazo. Gastón Sequeira
ResponderEliminarEncantador poema como todos los tuyos. Me encanta esa simbiosis entre sensualidad y espiritualidad.
ResponderEliminarlos dos últimos versos son un tsunami para el lector también. Muy buen cierre.
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