15/2/13

Poema de Alejandra Leonor Parra


A la izquierda de tu invierno
maduro en naranjas agrias
Ésas
que dice el mundo
                        ni para dulce 

Se multiplican diminutas, asombradas
Tengo montañas de ojos cítricos
tumores de una historia
que cuelgan
su vejez temprana
Le cuentan a la tarde
que insisto
aunque soy un antes
Desconcierta el sol
               de tanto acertijo 

En cada una
destilan mis dolores
Se perfuman para nadie

 
© Alejandra Leonor Parra

11 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias Gustavo por subir este poema. Gracias a la autora por tanta autenticidad en la palabra
Mariana Vacs

15 de febrero de 2013, 13:03  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Agridulce, como las cosas según nos ponemos a dialogar con ellas. Conmovedora imagen final, me gusta.


Claudio Simiz

15 de febrero de 2013, 13:19  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Maravilloso poema agridulce, me encantó leerlo

maria elena tolosa

15 de febrero de 2013, 19:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Maravilloso poema agridulce, me encantó leerlo

maria elena tolosa

15 de febrero de 2013, 19:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...


Alejandro tu poema me gusta mucho, más que por el agridulce que respira, por el agrio dolor que transmite la fruta cuando se echa a perder y no es aprovechada por nadie. Me gusta mucho la metáfora de la fruta citrica que puede ser tan dulce y tan acida a la vez.

Un abrazo

CARMEN AMATO

17 de febrero de 2013, 17:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

ser otra cosa de lo que parece ser, y ese estar esperando en lo que no se quiere ser...¡fuerte!
saludos
Anahí Duzevich Bezoz

17 de febrero de 2013, 22:00  
Blogger Gastón Sequeira ha dicho...

Sentí el perfume de las naranjas. Deliciosa poesía. Abrazos. Gastón Sequeira

19 de febrero de 2013, 9:14  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Duro texto que más bien me dejó un sabor amargo en la boca. Me gustó mucho, mucho.

Jorge Luis Estrella

20 de febrero de 2013, 21:51  
Blogger Isabel ha dicho...

La maravilla del cítrico solar ha quedado inconclusa. Sólo es perfume, ya que no sabor, LO ácido, como un desprecio injusto, recorre tu poema. Como para Safo, que lo dijo por primera vez, el amor es dulce y amargo al mismo tiempo. Un abrazo
Isabel Llorca Bosco

22 de febrero de 2013, 15:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Alejandra: una alegría triste, una tristeza alegre, una lucidez ante el hecho de que nada resiste al tiempo, y de que hay tanta innombrable belleza que es como las naranjas que "se perfuman para nadie", mientras ee jugo es fruto del dolor, como fuerzas que surgen de la comprensión de que el mundo exprime, tortura a tantos. Este poema refleja a un yo lírico a la vez individual y colectivo, que siente no sólo el dolor propio, sino el de todos, mostrando una gran nobleza de espíritu. Lo sentí mucho Irene Marks

22 de febrero de 2013, 20:32  
Blogger Adriana ha dicho...

Muy bello texto. Me encantó la utilización de la naranja como leiv motiv desde donde parten y al cual llegan las imágenes poéticas. Un beso. Adriana Maggio

23 de febrero de 2013, 10:01  

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