Poema de Eduardo Espósito
PLATEA BAJA
Los relámpagos queman la noche
La tonsuran
Sentados solos
en la sala de estrenos de Dios Padre
unos ojos palpitan la función
Dios aspira y unos nacen
Dios expira y otros mueren
Dios retiene su aliento
para batir un récord Guinness
y ocurren la resurrección y los
aplausos
Lejos de la divinidad y las butacas
un niño juega al avioncito con su
sombra
Le da vueltas al sol
como si el día todavía existiese.
A John
Wyndham
10 comentarios:
Hola Eduardo: en este poema hablás de la importancia de lo pequeño, la ternura de un niño que juega al avioncito con el sol. Ese nño está por fuera de la teatralidad de la religión instituida, donde cada uno ocupa su lugar de creación, resurrección y poder de acuerdo con los roles asignados.¿Acaso Dios sea ese niño,sean los mendigos,los marginales ,los que no se enaltecen en los grandes escenarios,los que "juegan" porque aún conservan la inocencia de realizar una acción desde el corazón. Lo disfruté mucho Irene Marks
Absolutamente maravilloso.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Aunque lo conocía, me sigue estremeciendo el final, esas cosas de los niños y la vida...
Claudio Simiz
Hermoso poema, querido amigo. LLega hasta lo más sensible. Un abrazo. Gastón Sequeira
Poemón, amigo. PAOLANTONIO
Bello Eduardo, como nos tenés acostumbrados... es verdad, algunos elegidos siguen teniendo el día sólo para ellos..
Una bella imágen de la vida , los niños , la inosencia que apaga el mas grande de los fuegos, en realidad un poema muy conmovedor
maria elena tolosa
Me encantó: "Dios aspira y unos nacen/Dios expira y otros mueren" y el récord Guiness rompiendo todos los cánones-y por si acaso- la seriedad. Muy original.
Dios es un niño que juega ... el otro es un doble para escenas de riesgo ... hermoso poema, Eduardo ... gracias !!! ...
un abrazo
Lía Miersch
Muy interesante, querido Eduardo. Qué buena idea la de Dios aspirando y expirando, uy... Abrazo grande.
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