A menudo
A menudo
me hablan de resignación.
Qué palabra…
Mientras tanto,
abro una nueva página
de este libro
dedicado a Ella.
La imagino a mi lado,
preparando el mate mañanero
y escuchando mis relatos
sobre el barrio
y tantas ocurrencias más.
Pero, la realidad
es que la he perdido,
y mis mejores intenciones
naufragan en estos momentos
de duelo,
donde las preguntas
se quedan sin respuestas.
© David Rosario Sorbille
Es verdad David...las preguntas que nos hacemos en el momento de perder a nuestra madre, quedan sin respuestas. Muy bueno y conmovedor lo tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo
Alicia Borgogno
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarEn este caso, querida Alicia, se trata de un poema de mi padre ante la ausencia de mi madre. Gracias por tus palabras
Después de muchos años juntos queda una herida de ausencia a la que nos acostumbramos, pero que no cierra. Es exactamente así, como lo describes.
ResponderEliminarIgnacio
Hay heridas que no tienen respuesta.Abrazos
ResponderEliminarRosa Lía
que bien planteado este tema tan profundo de las "ausencias" presentes,palabras exactas para traer hasta nosotros los seres queridos que han partido ( y no).
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Querido David. Doloroso y cierto, no hay palabras que mitiguen las ausencias.
ResponderEliminarAbrazo Fuerte.
Andrea
Muy buen poema y razonamieto. Un abrazo. Gastón Sequeira
ResponderEliminarUn poema que denota ese no tiene respuestas tan cierto, las ausencias.
ResponderEliminarabrazote.
Cyn.