MORAS
la
inocencia
está
parada
sobre
un demonio herido
sus
ojos miran
desde
un rostro
manchado
de moras tibias
robadas
a la siesta
bajo
la morera
al
sol le sobró tiempo
para
dorar su piel
dicen
que ella es
la
que le hace derramar
azufre
ardiente
de
las venas abiertas
al demonio
a
pesar de todo
la
inocencia niega la verdad
labios
apretados
manchados
de moras tibias
mentira
dicha sin palabras
toda
llena de manchas oscuras
inocentes
© Susana Giraudo
muy bello, su. un poema con finura expresiva, avanza despacio con su ternura y emociona. susana zazzetti.
ResponderEliminarMe encantan las moras!!
ResponderEliminarMe las trajiste dulces a la boca!
Besosssss
Coincido con ambos comentarios, un logro este poema!
ResponderEliminarClaudio Simiz
Quien pudiera decir mentiras dulces
ResponderEliminarcomo las de la "inocencia parada sobre un demonio herido"
Bellísimo poema Susana de una sutileza y una paz admirables.
Ignacio
Bellísimo Susy!!! Te quiero siempre. Fabiana León
ResponderEliminarPOEMA QUE SE TIÑE DE VIOLA Y LUEGO VUELA A LA HORA DE LAS SIESTAS, UN ABRAZO DE MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminarBellísimo, Susana, esos tres primeros versos son magistrales, muy logrado todo el poema y qué bien acompañan esas moras que puso Gus!!! Besos, María Chapp
ResponderEliminarHacés ver encantador hasta al demonio. Delicioso poema, Susana, Gracias.
ResponderEliminarJorge Luis Estrella
Me pasa lo mismo que a los demás poetas que me antecedieron en los comentarios: tu poema me parece delicioso; es como si saboreara el frescor de unas moras bien jugosas...
ResponderEliminarTe felicito, Susana, por tu verdadera poesía.
Mariano Shifman
Las moras que equivalen según mi entender a las uvas de Baco, que dejan una mancha oscura después de probarlas. Pero la inocencia en tu poema puede saborearlas y seguir siendo lo que es en la madurez del mediodía. Extraño y bello poema, sumamente sutil.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel Llorca Bosco
Susana:
ResponderEliminarme encantan las imagenes que usas en este poema, la inocencia con los labios manchados de mora negando la verdad. El poema se me hace bellisimo, delicado, sugerente y cierto.
Un gran abrazo
Carmen Amato