La clave
Habíamos
ido a comer a la Costanera.
Mi
compañero de trabajo, un artista colosal,
y
yo, estudiante de letras, escritora de poemas
horrorosos llenos de adjetivos rimbombantes
y
prescindibles.
De
repente, con un libro en el bolsillo,
llegó
un amigo de mi compañero,
de
ojos cansados y bigote espeso.
Tomamos
vino. Mucho.
Y
entonces él, que se llamaba Juan,
empezó
a leer sus poemas, uno tras otro,
con
una voz llena de historia y melancolía.
En
ese momento, todos los adjetivos de
mis
poemas se suicidaron despacito,
se
fugaron las palabras altisonantes
y
se convirtió todo en una sencilla ceremonia
de
aceptación de la autenticidad.
A
mí, el alma se me llenó de pajaritos libres
cuando
entendí, verdaderamente, en ese momento,
qué
era escribir poesía.
Cuando
se fue, le pregunté a mi compañero:
¿Cómo
se llama tu amigo? ¿Juan, qué?
Gelman,
me respondió.
©
Alicia Márquez
Ciertamente Ali Muy buena tu recreación! Un abrazo
ResponderEliminarqué emocionante y qué gran homenaje!
ResponderEliminarBesossssssss
Emocionante Ali
ResponderEliminardesde graciela abrazo
Acuerdo con Milagros, Mónica, Graciela: me emociona tu recreación, Alicia, y que te rememores como "escritora de poemas": hay otros hallazgos: "voz llena de historia y melancolía", "Tomamos vino. Mucho.", por ejemplo (yo sólo prescindiría del verso "y prescindibles").
ResponderEliminar*
Me encantó el sábado la pequeña anécdota que nos contaras en el Café Literario, referida a ese poeta, como Gelman, también "imprescindible": Juan Antonio Vasco. ¿Procuraste ya trasmitirla a través de un poema o una microficción?...
Rolando
*
Hola Alicia: un poema-narración que nos lleva de la mano por los tiempos de la palabra, los de la "estudiante de letras" y sus "adjetivos rimbombantes", que sin embargo nos cautiva por su frescura, y los del hombre "de ojos cansados", cuya voz te "llenó el alma de pajaritos libres". Homenaje a un gran poeta y también a la poesía en este poema donde no sobra un adjetivo Irene Marks
ResponderEliminarEmosionante poema ,me gustó mucho
ResponderEliminarmaria elena tolosa
ResponderEliminarGracias a todos, y le respondo a Rolando. Todavía no escribí nada de Juan Antonio Vasco, le debo un poema, sí.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Maravilloso relato del que salen pajaritos gelmancitos y resuena su voz de una sola pieza. Como la tuya.
ResponderEliminarBello homenaje a un gran poeta. En tus versos se nota toda la frescura de tu escritura. Un beso Alicia. Miguel Madrid
ResponderEliminarDavid A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarQuerida Alicia: fenomenal poema!! Un abrazo