Se sintió asfixiado
en su propio aire
quiso volver,
las mariposas
atrapadas
en la botella le abrieron la
puerta
para que no muriera,
como tantos que
mueren una vez,
y regresan
cuándo el sol cae
tras el parque,
ensangrentado, ultrajado
por asteroides
vagabundos,
respiró
sintió la vergüenza
del pecado
pasó la mano por sus
ojos
se dio cuenta que
llovían estrellas
© María Elena Tolosa
Qué hermoso final para este poema María Elena, me encantó.
ResponderEliminarBeso
Lily Chavez
tu habitual tono de melancolía, en un poema que se sostiene con la belleza. susana zazzetti
ResponderEliminarMaría Elena
ResponderEliminardoloroso y emotivo poema, llega profundo y se lee con el corazón más que con los ojos. El final es sorprendente y maravilloso.
Eduardo Chaves
María Elena, hermoso poema sobre la vuelta y el arrepentimiento. El final se oye y nos lava y nos llena también la cara de destellos.
ResponderEliminarUn beso
Isabel Llorca Bosco
CADA ALETO DE MARIPOSA PONE A VOLAR EL POEMA TAN FUERTE COMO QUIZAS ES EL SUSPIRO QUE ULTIMA, UN ABRAZO DE MARIA LUISA MARQUEZ
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ResponderEliminarlas culpas y el renacer ante la vida,muy bien logrado.
saludos
Anahí Duzevich Bezoz
Poema lleno de lirismo y romanticismo María Elena. Un beso. Miguel Madrid
ResponderEliminarUna vuelta con un luminoso final.
ResponderEliminarFue un gusto leerlo.
Abrazo M.Elena
Alicia Borgogno
David A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarEstimada María: excelente poema!! Un abrazo
Me gusta mucho, es un poema que dice más de lo que aparenta con un remate fantástico, felicitaciones!!!
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