Una rosa abre sus brazos
para morirse.
Eso no es hermoso y su
perfume último
despierta al dolor, no a la
belleza.
La rosa enferma abre sus
brazos
y el horror de su belleza es
la muerte.
Mañana nacerá otra flor
apretada,
hermosa.
© Irene Gruss
Bello "poema del pensamiento", como diría Sylvester. Estremece y serena la vez.
ResponderEliminarClaudio Simiz
destino irrevocable y cierto , de la flor y del hombre , qué bien lo has dicho en tus palabras .Hermoso poema
ResponderEliminarSí, la belleza es muchas veces insoportablemente dolorosa.
ResponderEliminarDestino, certeza, bellamente dicho.
ResponderEliminarBesosssssss