Desaparecido
No solo desapareció tu cuerpo
sino tu forma de pensar
de amar, de relacionarte con los demás.
Desapareció
tu manera de entender la política,
tus anhelos de construir un mundo mejor,
más justo y más digno.
Desapareció
la confianza en los demás,
compañeros, camaradas
iguales, solidarios.
Desapareciste tú
y muchos más de 30.000
y muchas cosas más.
Desapareció la convicción de estar dentro
De un inmenso río
que desembocaría
en forma inminente,
en el océano de igualdad.
Esa alegría enorme
de estar ahí,
de compartir,
de formar parte de la historia,
de construir el
hombre nuevo,
para servir a los
desposeídos,
a los desamparados,
a los condenados de esta tierra.
Desapareciste tú
y muchos más
y muchas cosas más.
Quedamos solos
huérfanos de ideales
marcados por la indiferencia,
creyendo que las cosas
son más importantes que los hombres.
Desapareciste tú
y tus hijos.
y desaparecieron cosas.
Algunas se pudieron recuperar.
otras son imposibles.
© Eduardo Alberto Planas
muy concreto y abarcativo el panorama que planteo tu poema: muy buen poema, más de la permanente tristeza. gracias por tu generosidad cultural. susana zazzetti.
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