13/11/12

Poema de Alicia Márquez



La clave 


Habíamos ido a comer a la Costanera.
Mi compañero de trabajo, un artista colosal,
y yo, estudiante de letras, escritora de poemas
horrorosos  llenos de adjetivos rimbombantes
y prescindibles.
De repente, con un libro en el bolsillo,
llegó un amigo de mi compañero,
de ojos cansados y bigote espeso.
Tomamos vino. Mucho.
Y entonces él, que se llamaba Juan,
empezó a leer sus poemas, uno tras otro,
con una voz llena de historia y melancolía.
En ese momento, todos los adjetivos de
mis poemas se suicidaron despacito,
se fugaron las palabras altisonantes
y se convirtió todo en una sencilla ceremonia
de aceptación de la autenticidad.
A mí, el alma se me llenó de pajaritos libres
cuando entendí, verdaderamente, en ese momento,
qué era escribir poesía.
Cuando se fue, le pregunté a mi compañero:
¿Cómo se llama tu amigo? ¿Juan, qué?
Gelman, me respondió.
 

© Alicia Márquez

10 comentarios:

Anonymous MILAGROS RODRÍGUEZ ha dicho...

Ciertamente Ali Muy buena tu recreación! Un abrazo

13 de noviembre de 2012, 20:04  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

qué emocionante y qué gran homenaje!

Besossssssss

13 de noviembre de 2012, 20:05  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Emocionante Ali

desde graciela abrazo

14 de noviembre de 2012, 10:18  
Blogger Rolando Revagliatti ha dicho...

Acuerdo con Milagros, Mónica, Graciela: me emociona tu recreación, Alicia, y que te rememores como "escritora de poemas": hay otros hallazgos: "voz llena de historia y melancolía", "Tomamos vino. Mucho.", por ejemplo (yo sólo prescindiría del verso "y prescindibles").

*

Me encantó el sábado la pequeña anécdota que nos contaras en el Café Literario, referida a ese poeta, como Gelman, también "imprescindible": Juan Antonio Vasco. ¿Procuraste ya trasmitirla a través de un poema o una microficción?...




Rolando
*

14 de noviembre de 2012, 20:40  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Alicia: un poema-narración que nos lleva de la mano por los tiempos de la palabra, los de la "estudiante de letras" y sus "adjetivos rimbombantes", que sin embargo nos cautiva por su frescura, y los del hombre "de ojos cansados", cuya voz te "llenó el alma de pajaritos libres". Homenaje a un gran poeta y también a la poesía en este poema donde no sobra un adjetivo Irene Marks

15 de noviembre de 2012, 9:20  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Emosionante poema ,me gustó mucho

maria elena tolosa

15 de noviembre de 2012, 17:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Gracias a todos, y le respondo a Rolando. Todavía no escribí nada de Juan Antonio Vasco, le debo un poema, sí.

Un abrazo,
Alicia Márquez

15 de noviembre de 2012, 20:43  
Blogger Teresa Gerez ha dicho...

Maravilloso relato del que salen pajaritos gelmancitos y resuena su voz de una sola pieza. Como la tuya.

17 de noviembre de 2012, 21:03  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bello homenaje a un gran poeta. En tus versos se nota toda la frescura de tu escritura. Un beso Alicia. Miguel Madrid

21 de noviembre de 2012, 12:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

David A. Sorbille dijo...
Querida Alicia: fenomenal poema!! Un abrazo

26 de noviembre de 2012, 17:20  

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