INCLEMENCIA
Entra contrito el vacío, y en medio de la soledad, una
enorme puerta abre escoltando al silencio.
Lento se apagan las brazas dentro del tronco seco, asoma
inclemente el viento y trascendiendo,
doblega a las velas su filamento.
Prosigue lento la ausencia, oscila la vieja silla… y se
mecen los recuerdos para que la noche duerma.
Descuélgase la mañana carente de movimiento, no encuentra la
salutación resquicio, y profundo el
helaje, camufla huella y sendero.
Eclipsado por densa niebla Urano, con su lunación y sombra,
va desatando a su paso catástrofes,
tragedia y caos.
Retorna contrito el vacío al apagarse las brazas, y solloza
la soledad, escoltando su silencio.
© Sonia
Quevedo
Imagen enviada por la autora del texto
Querida Sonia. Este poema contiene tres circunstancias que se entrelazan entre si: la soledad, el silencio y la ausencia. Y aunque no toda ausencia sea silenciosa, si nos proporciona sentimientos de soledad. Y es cierto, la ausencia de un ser amado suele hacernos sentir solos entre una multitud.
ResponderEliminarGracias Sonia, Te dejo un fuerte abrazo.
Andrea
Bello poema que cuenta una historia de soledad y ausencia. Con imágenes muy poéticas crea un clima de desamparo, que las brasas que se apagan vuelven más frío y desolador. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarUn panorama desolador envuelve las horas que transcurren literalmente el poema, me gustó
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Texto crepuscular, intenso en su nostalgia. Me gusta.
ResponderEliminarClaudio Simiz
una sucesiva recreación de imágenes muy bien elaboradas.
ResponderEliminarsaludos
Anahí D.B.
El dolor después del dolor.
ResponderEliminarPesa mucho más el silencio después del caos. Me gustó mucho.
ResponderEliminarEl silenciode la ausencia en este poema muy bien llevado.
ResponderEliminarbesos
Elisabet
¡Un bello canto de amor y dolor!
ResponderEliminarFelicitaciones, Sonia, y un beso grande
María Rosa León