Poema de Roberto Reséndiz Carmona
LABIO AMARGO
Desata las cintas
del calzado
para no salir a
buscar más piedras en la calle
ni escuchar el agua
en los bajantes de
ladrillo.
Nada de lo que digan
puede aliviar el
aire que la toca
la savia que brinca
por la carne
el gélido labio que
la muerde.
Llueven escombros
cada mañana
predispuesta
sabe que ha muerto
sin embargo
no reconforta la
carne magullada
el miserable
silencio
en la candela en el
apando.
Por no encender la
flama
revuelca el cuerpo
en la tiniebla
anida pecados
el lumpen de otro
cielo amargo.
© Roberto Reséndiz Carmona
3 comentarios:
Hola. un dolorosísimo poema, de extremada sensibilidad y captación de una realidad terrible, producto de la indiferencia de la sociedad.En "el lumpen de otro cielo amargo" vemos al prójimo repetido en mil calles de nuestro planeta, sin casa, excepto el ocasional "apando" donde va a parar por obra de la policía, a quien ordenan reprimirlo, cuando con unas pocas "piedras" intenta defenderse cuando lo acorralan.La realidad al rojo vivo. Realidad que debe transformarse. Un alegato como este es el primer paso, la conciencia de la injusticia precede al cambio Irene Marks
Roberto mi abrazo!
tu poema tiene tu marca tan caracterìstica y profundo.
gracias por compartirlo!
Lidia CC.
profundamente social, dolorosom testimonia y denuncia. Abrazo jorge paolantonio
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