Albahaca, miel y un amigo,
un patio con arena
que se escapa
para el carnaval.
Impregnado el cigarrillo
la boca nombra pájaros.
La llanura por mas árboles.
Una voz dice albahaca
el río no muere de silencio.
Ahí saldrá la luna
la luna carnavalera
de albahaca y bullicio.
Puedo exprimir la palabra,
acortar distancia
que curva mi garganta.
Hoy te regalo
esto que significa
pero que no se explica.
© Maria Luisa G. de Márquez
Un canto de amor al norte argentino dicho con el corazón, asi es cuándo se ama la patria
ResponderEliminarmaria elena tolosa
ResponderEliminarBello y perfumado poema.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Que maravilla María Luisa, que veta que escondías, y ese regalo del final tan cierto, sutil e inteligente es al poema como el perfume a la albahaca.
ResponderEliminarIgnacio
Hermoso y perfumado poema. Queda una huella de albahaca después de la lectura, y la nostalgia de tiempos y lugares más amigos del corazón y la poesía. Un beso. Adriana Maggio
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