Afuera
los
árboles inventan la tormenta.
Pero aquí está instalada la intemperie,
Debajo de la puntilla del yeso blanco de muerte.
Del rojo del cristal desvaído como un vino que se ha
echado a perder.
Ya entra una lluvia helada de agujas de vidrio.
Ahora, ni el corazón me habita:
ha huido a refugiarse allá
afuera.
Puntura: Santiago Caruso
http://www.santiagocaruso.com.ar/
impecable el uso de imágenes tan profundas y seductoras.contenido para pensar. susana zazzetti.
ResponderEliminarcIERTA MELANCOLÍA INVADE ESTE POEMA
ResponderEliminarBELLO
DESDE GRACIELA ABRAZO
Contundentes imágenes pueblan este bello poema
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Hola Isabel: el dolor de quien muere o llora a la muerte, aparentemente , o sí lo interpreto, desde una antigua bóveda, desde donde "una lluvia helada de agujas de vidrio" nos estremece. Las imágenes nos llevan "Debajo de la puntilla del yeso blanco de la muerte" a la "intemperie" de un mundo amortajado, donde el tiempo se ha detenido, y "los árboles" que se sacuden en la tormenta parecen acogedores frente a esta realidad donde "ni el corazón me habita". El rojo y el blanco dan idea de la pérdida y el sufrimiento. Un clima en el que entramos y nos sobrecoge. Un gran poema Irene Marks
ResponderEliminarMuy buen poema. Abrazos. Gastón Sequeira
ResponderEliminarIrene mencionó las imagenes que también a mí me conquistaron, como el poema todo. Cuando algo doloroso nos avasalla, me parece a mí, no hay demasiado lugar donde albergarnos, todo es intemperie, adentro y afuera. Muy lindo Isabel, felicitaciones!
ResponderEliminarLily Chavez
Ya el comienzo me atrapó y a medida que recorría el poema me encontraba con imágenes originales,hermoso poema.
ResponderEliminarLa pintura es excelente
Betty
Querida Isabel, tal y como interpreto tu poema, el corazòn està donde late el sentimiento...allà, afuera.
ResponderEliminarMe gustò muchisimo, me dejó pensando.
Gracias mil. Andrea
Isabel, un poema aterido de desolación, donde cada palabra hace poesía de la ausencia irremediable, coincido con Lily Chavez, hay veces que estamos totalmente a la intemperie.
ResponderEliminarGran poema
Ignacio
Es bellamente desgarrador. El ser deshabitado de sí mismo, el máximo vacío, y la ironía de que el corazón elija la intemperie para refugiarse, porque es menos desolada que el adentro. Espléndido texto. Un beso grande. Adriana Maggio
ResponderEliminarMuy buena la inversión , cuando la tormenta es "adentro" esta bien refugiarse "afuera"
ResponderEliminarQué grande! A eso se llama cantar por el pico!
ResponderEliminarFelicitaciones!
walter Mondragon
Atrapa este breve poema, imágenes ricas y personales.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Una tremenda desolación se desprende de estas bellas imágenes. Poema breve, pero intenso.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Juany Rojas
Querida Isabel!! tremendo y bello poema; más que el frío desamparo,la melancolía de tantamuerte, en tu poema hay una intemperie afuera/adentro, un no lugar donde guarecerse.... ni el adentro ni el afuera nos contienen cuando nos alejamos de nuestro CORAZÓN. Un abrazo, querida amiga, María Chapp
ResponderEliminarCara amica Isabel,
ResponderEliminar/debajo de la puntilla del yeso blanco de muerte/ profundamente conmovida por este verso modelado, como si hubieses descubierto una imágen escultórica de la muerte, en mitad de la intemperie, deshabitado el cuerpo, frío, sin latido. Mucha fuerza en este precioso poema, que cala hondo en el lector.
Cariños
Elisa Dejistani