NOCTURNO CON TRENES
Y casi al alba escribo
sobre trenes
cuando su ruido muerde
las horas vacías de mi insomnio,
cuando el paisaje es un
cónclave de sombras duerme tapando con sábanas de escarcha.
Escribo desvelada,
escuchando ese silbato clavado como un cuchillo en la ciudad de cemento.
El ruido del tren me
rueda por los rieles del cuerpo,
me lleva hacia la
perversa lucidez de la vigilia
en la casi alba que
arde porque hay gatos que distraen a la luna con su sexo.
El ruido del tren me
espanta las palomas del sueño,
me convierte en sombra
tendida entre las otras sombras de la alcoba,
rebelada contra las
jaulas de la noche,
esas jaulas donde la
noche encierra sin barrotes los sueños
mientras el ruido del
tren se aleja hacia otros ruidos
y me deja acostada en
los desiertos del silencio.
©
María Amelia Diaz
Maravilloso poema!
ResponderEliminartiene un ritmo que acompaña permanentemente su lectura, y las imágenes parecen sucederse ante el lector como en un verdadero viaje. Y el insomnio...compañero del poeta, tampoco está ausente en este hermoso texto.
Un abrazo,
Gra Bucci
dentrio o fuera del sueño? IInsomnio sin poder hacer nada. En compañía de las erres de los tremes, termina el viaje con (qué logro!) los "desiertos del sueño".
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
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dentrio o fuera del sueño? IInsomnio sin poder hacer nada. En compañía de las erres de los tremes, termina el viaje con (qué logro!) los "desiertos del sueño".
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
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