7/8/12

Prosa de Guillermo Román



Cultores de la forma más exquisita, tenaces opositores a nombrar el mundo de manera vulgar, habíamos alcanzado la perfección del eufemismo. Símbolos indescifrables ahogaron el lenguaje; al fin, optamos por el silencio. Apenas un gesto, un temblor de los párpados, una mano delicadamente agitada, aleteos en la curva de los labios.
Eso y nada más.

Aún los jueces más inflexibles manifestan encomio
por nuestra elocuencia.

© Guillermo Román

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Maravilloso y profundo.
Aplaudo
Abrazo
Alicia Perrig

7 de agosto de 2012, 14:50  
Blogger Adriana ha dicho...

Muy bueno, inquietante y cifrado como lenguaje de fin de los tiempos. Quizás ése sea el destino de nuestro decir: el silencio. Muchas gracias. Un abrazo. Adriana Maggio

8 de agosto de 2012, 23:09  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tu poema es toda una propuesta estética, metaliteraria, muy biewn.
Walter Mondragon

11 de agosto de 2012, 14:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Guillermo, un aplauso por tu poema tan descriptivo de una realidad que nos ahoga y de la que no podemos huir del todo
Un beso
Graciela Licciardi

11 de agosto de 2012, 21:07  

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