Prosa de Guillermo Román
Cultores de la forma más exquisita, tenaces opositores a nombrar el mundo de manera vulgar, habíamos alcanzado la perfección del eufemismo. Símbolos indescifrables ahogaron el lenguaje; al fin, optamos por el silencio. Apenas un gesto, un temblor de los párpados, una mano delicadamente agitada, aleteos en la curva de los labios.
Eso y nada más.
Aún los jueces más inflexibles manifestan encomio
por nuestra elocuencia.
© Guillermo Román
4 comentarios:
Maravilloso y profundo.
Aplaudo
Abrazo
Alicia Perrig
Muy bueno, inquietante y cifrado como lenguaje de fin de los tiempos. Quizás ése sea el destino de nuestro decir: el silencio. Muchas gracias. Un abrazo. Adriana Maggio
Tu poema es toda una propuesta estética, metaliteraria, muy biewn.
Walter Mondragon
Guillermo, un aplauso por tu poema tan descriptivo de una realidad que nos ahoga y de la que no podemos huir del todo
Un beso
Graciela Licciardi
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