Eso
Eso
recién nacido
nada sabe de asesinados armenios, judíos sin aire, débiles y áridos como el amanecer, argentinos rotos en lugares secretos, negros incendiados como antorchas.
nada sabe del torturador que cuida su santa familia mientras la picana le revela misterios: que nada existe, ni su santa familia.
No sabe del continuo horror de ser descafeinado y sin azúcar.
No sabe de ratas multiplicadas por la soledad, ni de los que ayudan a llorar /con el agua de sus ojos.
No ha leído castillos de Kafka, ni pasados de Proust, ni horas de Joyce
Hilos de niebla
Babas
Sobre la piel del mundo.
Más lejos la luna de todos envilece la sombra de los grandes barcos
que lo aguardan.
© Liliana Díaz Mindurry
muy profundo, muy cierto. Muy bueno.
ResponderEliminarMarta
Un poema estremecedor por su contenido, gracias por compartir
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Bello poema en su desesperada desesperanza.
ResponderEliminarBesosssssss
Realmente tu poesía no tiene nada de descafeinada ni desvaída... golpea, sacude.
ResponderEliminarDavid A. Sorbille dijo...
ResponderEliminarEstimada Liliana: un poema admirable!!. Un abrazo
Querida poeta Liliana: Te felicito por este valiente y sincero poema, que guardan imágenes tan fuertes y tristes de nuestra historia.
ResponderEliminarUn abrazo
Xenia
Hola Liliana: Un gran poema, que nos habla de la indefensión de ser arrojado/a a un mundo con una historia cruel, un planeta donde reina la injusticia. El final es terrible "los grandes barcos quelo aguardan". La sugerencia es en este caso aún más tétrica que si se dijera directamente.
ResponderEliminarUna clara enumeración de realidades que conducen a lo incierto, al bombardeo de "eso" (la utilización del pronombre demostrativo despersonaliza aún más al pequeño habitante,¡ que, pese a estar inmerso en una situación de insignificancia no ha leído el Castillo de Kafka, sino que lo etá viviendo!)
Dolorosísimo y auténtico Irene Marks
Hola Liliana!
ResponderEliminarme encantó encontrarte en este espacio poético.
Y, como siempre, llega el poema a mí con la fuerza de la palabra que manejás sin fisuras, ha sido un golpe certero a los sentidos,
Cariños,
Gra Bucci