Poema de Jennie Escobar Montes
El silencio de la noche
comienza a gesticular
con sus viejos rostros púberes.
Habito siempre
en la noche del poema
para aserrar
racimos de voces célibes
en un idioma insaciable.
Fluyen cuervos de mi cuerpo
lamen
la luz agitada del cuarto,
se produce un duelo
de grillos desarmados
en la fugitiva calma.
Soy yo la que habla
aunque esta boca no es mía
este corazón tan ajeno
latiendo en mi pecho
me traiciona,
me clava un puñal por la espalda,
no sé si soy yo
la que escribe...
© Jennie Escobar Montes
2 comentarios:
Cuántas veces hemos sentido ese frío/filo en nuestro inmterior. texto muy expresivo, Jenny.
Claudio Simiz
Una imaginación deslumbrante.
Bravo!!
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