Prosa de María Teresa Andruetto
Teresa A. / 1975/ Foto de archivo
Yo quería mandarle fotos a mi primo de Italia
y te pedí que me sacaras una con la minifalda nueva
y las sandalias de corcho. Una donde me vea linda,
dije, y vos hiciste ésa donde estoy apoyada en la pared
que da al patio de baldosas. Yo quería ser flaca
y odiaba tener tetas, pero el pelo me caía sobre la frente.
Quiero una foto que haga historia, dije, y vos hiciste ésa
donde me veo todavía sin dolor. Me puse el vestido
de salir, como un uniforme de viernes o domingo.
Necesitás ayuda, pregunté, y vos dijiste, sólo
un poco más de luz. El domingo estaba yéndose a otra
parte, pero nadie había muerto todavía. Me pediste
que cruzara las piernas y yo me apoyé sobre la tapia,
como una actriz de pueblo. Después le mandé a mi primo
una carta con esa frase que me da vergüenza recordar
y la frase que podría caber en boca de mis hijas,
se mezcló con una historia de catecismo
sobre las bodas de Canaá.
© María Teresa Andruetto
5 comentarios:
que placer leer tu texto, realmente un gran placer.
Anahí Duzevich Bezoz
Hermoso!!!!!
María Teresa: precioso y original tu poema-prosa. Un placer leerte!!
Con cariño.
Mirna Celis
Me encanta ese pedazo de historia que fluye. Un gusto!
Buen poema, carños.
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