20/6/12

Poema de María González


Confín de sombras

Tenaces se persignan las entrañas
a la hora
en que caen las orgías del pensamiento
y el corazón
envaina como una fragua caliente
cuando el deseo se acobarda
y se enfría la mirada
porque nada
nada
descifra los códigos
que enlutaron la cruel forma del olvido.
Veo
en esta tarde caer el sol
a través de una ventana
con los cristales
que permanecen inmóviles a la memoria.
Ya no ruego
y sin plegarias se adormecen los sueños
y sigue cayendo la tarde
y no te olvido.
Confisco
el sentimiento sagrado de tu forma
y retengo entre mis ojos
el desesperado contorno que te guarda.
Camino
al revés de las horas que giran
hacia la muerte
y al cerrar la mirada
mi olfato no se detiene
y conspira
hasta llegar al epitafio de mi suerte.

© María González

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