Poema de Irma Elena Marc
EL GIGANTE
¡Usted se alimenta de muertos!
Gustave Flaubert
Gustave Flaubert
Ella hace de la infancia su único alimento,
sin ceremonias, sin sentido,
el cuerpo es un pan coagulado,
es difícil que allí vuelva a fluir sangre verdadera
(el muerto es el alimento).
En sus ojos se enciende el espectáculo, y dice:
No dan ganas de jugar aquí,
sólo de estar sentada en esta silla con las piernas colgando,
¿Quiénes la dejaron sola? ¿Dónde están las otras?
Está sola como yo. Es raro, no está rota para estar acá,
¿las nenas son sillas abandonadas en una habitación?
Me gusta como baila el aire en los rayos de sol
que entran por la ventana,
hay cositas que flotan, no tienen piernas,
no tocan el piso, son nenas hermosas con vestidos de plumetí.
Soy una nena hermosa con un vestido de plumetí,
sentada en una gran silla , las piernas no tocan el piso,
la cabeza no llega al techo.
Si estuviera rota, el plumetí tendría motitas color ciruela .
Las lucecitas que bailan también son nenas vestidas
de plumetí. No tocan el techo. No llegan al piso,
bailan en el aire espumoso,
meto los dedos en las nenitas hermosas que están solas y bailan,
se vuelven locas, bailan más rápido, cambian de baile. Canto.
Bailan. Grito. Rozo el aire. Concierto de cuerpos, la lágrima que cae
es un arpa de luz, muevo los dedos, me cubro de brillantes.
Me gustan tanto los amarillos, son como los ojos de mi papá,
son papá sin ojos. Los ojos se escaparon. Se pusieron a bailar
para mí. No les tengo miedo, les tengo lástima, no tienen cara.
La cara de mi papá andará buscando los ojos, los tengo yo
en la palma de la mano, los escondo, los dejo escapar, se van.
Mi padre se quedó sin ojos. Puedo hacer lo que quiero.
Esa planta se llama hiedra. Crece,
crece. Sube por las piernas hasta el cielo.
No entiendo, de una planta chiquita, como yo
crece una cosa enorme, larga, que te lleva a la casa de un gigante.
¿Es esta la casa de un gigante?
El espejo tiene tres nenas. Somos Ricitos de Noche,
venimos de abajo, del mundo,
me cansé de ocultarme, vengo a ver la casa del gigante.
En esta casa hay un solo gigante, por eso hay una sola silla de gigante.
¿Dónde andará el Gigante?
Trepé por la hiedra de la planta de las habichuelas para entrar
a la casa del Gigante, las puertas son para el Gigante,
para que entre y salga cuando quiera, para que se vaya dando un portazo.
¿Si la hiedra rompe el vidrio de la ventana me envolverá?
Cuando la hiedra envuelva la casa será de noche.
Las manchas de la luna son hojas de hiedra que la van comiendo.
Todo es oscuro cuando devora la hiedra.
La hiedra es un gigante. No te das cuenta porque las hojas
son insignificantes, mirás las hojas de a una y parecen cositas.
¿Cómo de un poroto puede crecer un Gigante?
¿Por qué? ¿Para qué? Para comerte mejor.
Si me muevo rápido con las cositas que bailan en la luz
el Gigante hiedra no podrá tragarme.
(El espectáculo que se repite, y es seductor, y atadura, y muerte,
la mano que se tiende como un brillo añadido a su belleza.
Es difícil que allí pueda volver a fluir sangre verdadera,
imposible avanzar hacia ninguna parte).
© Irma Elena Marc
Pintura: Carmen Mansilla
13 comentarios:
Bienvenida Irma a este espacio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicada. Pido sí, se comente a otros poetas. Saludos, Gus.
Un poema surrealista, totalmente onírico. Me gustó. El ojo en la mano me hizo acordar a Dali en "Un perro andaluz"
Besossssssss
Bienvenida, Irma, a este espacio que compartimos en la casa de Gustavo.
Coincido con Mónica A., surrealismo, ese ojo que parece salido de una pintura de Dalí, el recuerdo dislocado, el intento de recomponer un rompecabezas imposible porque se han perdido piezas, onírico,
Abrazo, Marta Ortiz
si, como dicen las chicas: surrealismo puro. imágenes oníricas, sentimientos y sensaciones desencontradas en una infancia donde todo se convulsiona. buenísimo. susana zazzetti.
¡Hermoso!
Una mujer mitad niña, mitad muñeca que se rompe, que baila con un vestido de plumetí que no tiene motitas color ciruela pero casi...siempre flotando en el mundo de los cuentos, que a veces no son tan cuentos y que se rozan con una realidad a la que hay que sacarle los ojos, para que pueda fluir como sangre verdadera. ¡Una ealaboración genial tu poema!Bienvenida Irma
Irma, bienvenida; que placer poder leerte desde este maravilloso rincón.
Me encantó tu poema, y me recordó un poco a la niña que fui tan llena de imaginación que sigo persiguiendo sin pausa. Gracias!
La angustia de una niña-mujer que padece, des-hace, ojos, manos , gigantes crueles y niñas de plumeti y terrores
Maravillosa Irma!
Edda Diaz
terriblemente, dolorosamente bello.PAOLANTONIO
Qué bueno encontrarte acá Irma. A mi el poema me llevó indefectiblemente a mi infancia, al cuento de las habichuelas mágicas y a las tierras de gigantes, esos límites confusos de la imaginación y la realidad de los días de la niñez, a esos lugares tan henchidos de aromas, que hasta hoy perduran las imágenes.
Irma, mis saludos desde Perú. Me parece si onírico y surrealista y ese cuento poema es doloroso, es esa niña que perdió todo hasta el amor, que ya nada le vale en su panorama como niña. Todo se ha perdido, la sangre...
Irma: Tu poema es un viaje alucinado hacia la infancia y también hacia adentro del cada día. Tiene la belleza y originalidad que me recuerdan a Lewis Caroll y esa otra niña.
Felicitaciones y un beso grande de Bienvenida
María Rosa León
David A. Sorbille dijo...
Estimada Irma: gran poema!! Te felicito.
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