17/6/12

Poema de Horacio García


El destino de las cosas

Parpadea la sangre en la estación
y yo suspendo la piel en cada grito.

Gotas de hombres
cuando el peor infierno es la sed.

Un vertebrado libro
firmado con sangre de tinta.

Porfía cada piedra en su silencio
y el sol
es una roca de metal.

No obstante vos,
insistís con tus manos
para arroparme.

Las cosas más cercanas no tienen nombre.

© Horacio García

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

" insistín con tus manos para arroparme" ¡ cuánta ternura cabe en este verso! el poema es bellísimo. susana zazzetti.

17 de junio de 2012, 20:16  
Anonymous Anónimo ha dicho...

nueva lectura de tu poema y quise decir "insistís". perdón. felicitaciones. susana zazzetti.

18 de junio de 2012, 9:00  

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