
Dónde
Clavo pañuelos en las ventanas
y escucho a los abiertos.
Sólo esta mano para abrazarlos a todos.
Rodar de ojos
y fango de espaldas.
¿Quién rompió nuestra boca?
Oyes silbar al médano
y la niebla disipándose en la calle.
Tal vez palabras dichas a un niño.
Ya elegimos el sueño para fracasar.
© Horacio García
Un planteo sombrío ante la vida nos muestra el poema
ResponderEliminarmaria elena tolosa
cuanta crudeza en este poema, me ustó mucho
ResponderEliminarsaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Triste, hermético,bello.
ResponderEliminarBesossssss
Ahora habrá que comenzar a soñar lo posible. Un poema dolido Horacio
ResponderEliminar¿Por qué no intentar un sueño para concretar?
ResponderEliminarEn este poema está reflejada una realidad de muchos, la no esperanza.
¡Qué triste que nos roben los sueños!
Maria Cristina Fervier