
Un par de ojos
Un par de ojos que siguen la inercia del paisaje. La alarma de un auto rompiendo el gris silencioso de la calle. La respiración alimentada por la sola escasez de oxígeno en la atmósfera. Esta existencia que se quiebra en cristales inmóviles, lacerantes. La vida que de pronto se acelera, huye de nosotros –esclavos sempiternos de lo estático-, se va de cauce con sus ocres teñidos de viento hacia los límites difusos del destino... Todo llora velados rayos cenicientos en los ojos. No puedo más que observar ese brillo opaco que enmudece en la bella y atroz locura de estar lúcido.
© Juan José Mestre
Una delicia el poema.
ResponderEliminarObservar con la mirada es un arte.
Felicitaciones!!
Tal parece, querido Juanjo, como decía Jean Baudrillard: "algùn día todo será real, entonces será el fin"... por lo tanto me quedo con tu locura antes que con la atroz lucidez.
ResponderEliminarExcelente prosa poetica, y angustiante ante esa lucidez que nos invade.
ResponderEliminarSilvia Loustau