12/4/12

Poema de Fabiana Posse


Manto de Olvido.

Ya, desaparecer.
Milagro de menta.
Ocaso efímero del lobo.
Segundo blanco que engrandece a la fiera.
Tiempo filoso rasante cortando la risa por la mitad.
Mil pedazos de sed.
Rumores que reprochan los cuentos que chocan entre sí.
Rígido y cómodo se involucra en la ensalada de sus miedos.
La ropa fría le vomita un paisaje salido de la misma perturbada puerta violeta que abrió con los dientes.
Y cree.
Regresa a la mansión de sus acordes de púas.
Rompe la cáscara, se devora a si mismo sobre la mesa.
Camina su calle helado y se fuma el egoísmo que calmó en sus sueños.
Y baila sobre tumbas de escombros.
Se envuelve en la punta de un árbol sin raíces, con un bonete rojo oscuro, gritón, insoportable.
Persigue una peluca de pájaros que no habla desde los tajos del cuerpo.
Hundido sobre un tempano mudo deja de existir en los cuadros.
Rueda en caravana la noche entera, errante, transitado, intoxicado de pensar beber su sangre.
Transpiran las compuertas de la canalla herida.
Olvida lo que no amanece en sus ojos.
Olvida la edad de los nocturnos y la ruta al paisaje del tesoro.
Olvida al pirata de luto dormido dentro de la calesita.
Y perseguido en su cruz, naufragado de medallas y plumas inquietas,
vuelca el esqueleto de un tren dentro de su nombre.

© Fabiana Posse

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Catarata de imágenes logradísimas, inconsciente desatado, surrealismo maravilloso en tu palabra, que es doloroso y exacta a la vez, y que va sumando y a la vez condensando ese clima terrible, ese recuerdo eterno en los ojos del que va a morir por propia decisión. Excelentísimo poema, de un nivel humano y poético que nos desborda. Me honra comentarlo Irene Marks

14 de abril de 2012, 10:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

me parece un poema magistral. La palabra crea todo el universo, el personaje, los tonos, las luces, los sonidos...estado de trance.
Abrazo de loba, Fabiana.
teregerez

14 de abril de 2012, 20:22  
Blogger Verónica Peñaloza ha dicho...

Éste es tremendo.
Cuando lo lees sentís que se te congela la sangre por un rato y te quedas pasmado.
Posse tenés eso de caballo de fuego al galope que siempre te admiré.
Te admiro, y te quiero muchísimo hermana.

16 de abril de 2012, 17:47  

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