10/2/12

Poema de Marizel Estonllo


Cuando termino de rezar

Ahí quedó el puente
Un silencio plano recorre el laberinto
Se aquieta toda vacilación
El ser respira

Los demás se acomodan en sus sitios
Y permanecen serenos
Puedo verlos
Cantan en semitonos
Con una cadencia ancestral

Cesó el presente, cesó el tiempo
No hay nada

Solo la continuidad de un vacío
Y la nota vibrante del silencio

© Marizel Estonllo

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Tu intimidad , ligada a tu devoción irrumpen en las horas mágicas

maria elena tolosa

12 de febrero de 2012, 23:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué delicada belleza la de esta poesía!
Me hizo sentir testigo de un instante irrepetible, trascendente.Un puente se construyó hacia algo sacro, un aquietamiento del alma, una nueva serenidad, un fragmento detenido de tiempo, un humilde atisbo de eternidad en ese vacío. La inquietud de la vida, sus desasosiegos, quedan distantes, como lejanos, como cuando uno escucha los ruidos cotidianos de la ciudad pero amortiguados detrás de la cortina de la lluvia. Un instante mágico.
Un abrazo
Amalia Zacoutegui

14 de febrero de 2012, 11:28  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Qué claridad para plasmar tu poema!!
Bravo!!

19 de febrero de 2012, 1:24  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Querida Marizel: me fui con tu poema, me recordé y escuché mi silencio y desaparecí de mí...todo eso me provocó tu poética como siempre tan tuya, tan profunda para pensar y sentir simultáneamente. Un abrazo

20 de febrero de 2012, 13:53  

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