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10/2/12

Poema de Francisco X. Fernández Naval


ESTIGMA

Bajaban del tren
y caminaban sobre millones de pasos,
sobre la huella de las lágrimas
que los perros no consentían.
Llevaban en el rostro retazos de luz,
alboradas intactas, en los ojos
el rocío de la tierra profanada, en las manos
el tacto incandescente de la última caricia.
Avanzaban hacia un destino común,
como cetáceos de lomo original
por océanos de plomo.
Avanzaban perseguidos por un grito,
por el brillo del hierro,
sin comprender y sin huir, avanzaban
hacia un destino
de fuego y de ceniza.

© Francisco X. Fernández Naval

11 comentarios:

  1. ...el tacto incandescente ....muy buenas metáforas Me gustó mucho Un abeazo Anamaría Mayol

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  2. Francisco, estremece y maravilla. Un tema tremendo sin caídas, lleno de dignidad. Esos retazos de luz, esa última caricia y atrás el grito y ese destino cerrando el poema.
    Ya lo he recomendado. Saludos afectuosos
    Isabel Llorca Bosco

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  3. tremendas imágenes que conviven,paradójicamente, con tu belleza expresiva. la realidad y dolor inolvidable en el tiempo. susana zazzetti.

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  4. Ay, cuánto imagino desde tus palabras, cuánto dolor y cuánto horror, pero cuánta belleza.

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  5. ¡Muy bueno tu poema, Francisco!
    Aplausos, bises y un gran abrazo
    María Rosa León

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  6. Un poema que suda dolor en cada poro sin embargo ese reflejo de luz, acaso, baste para salvarlos.
    Un abrazo
    Maria Cristina Fervier

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  7. Un poema estremecedor, además esa última caricia...¡ cuánto desasociego ¡ buenisimo

    maria elena tolosa

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  8. Excelente poema, Francisco!!! El horror y los vestigios del amor en la piel y en el alma...gracias por esc ribir este poema,un abrazo, María Chapp

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  9. Toda la lectura me hizo imaginar el dolor profundo de aquellos que fueron apresados por el horror del holocausto, no se si fue la intencion pero eso senti, me gusta la forma de escribir, gracias por compartir poeta.
    Patricia Corrales

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  10. Hermosísima poesía!. Quedé atravesada por el dolor que atraviesa cada verso, por el horror que el humano puede causar sobre el milagro de la vida.
    "Avanzaban perseguidos por un grito, por el brillo del hierro...". Contundente modo de situar la profunda necedad humana, la arrogancia: gritos por fuera de todo diálogo, por fuera de toda sensibilidad ante el otro, convencidos de ser "todo".Qué pequeñez imperdonable!
    La imagen que acompaña y dialoga con la poesía es conmovedora!
    Un abrazo
    Amalia Zacoutegui

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  11. Siempre en el borde, al limite, donde te apasiona vivir!!!
    Y lo plasmas así, como pintas, de maravilla!!!
    Mi abrazoooooooooooooo

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