9/1/12

Poema de Mónica Angelino


cansancio de tierra escarcha viento terremoto
certidumbre prenatal de polvo envejecido
lamento de madera
tristeza de árbol roto molinillo de café
y la mentira absurda
de creer que todo se arregla con cinco minutos
y un té.

© Mónica Angelino
Foto: Gustavo Tisocco

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17 comentarios:

Blogger Susana Lizzi ha dicho...

Un poema que se proyecta al cerebro con la potencia de un martillazo. Me gusta eso.

9 de enero de 2012, 20:59  
Blogger vasco uribe ha dicho...

¡Que poema! Me reverencio ante tu síntesis para plantear semejante tema, con las palabras justas

10 de enero de 2012, 0:23  
Anonymous Anónimo ha dicho...

comparto absolutamente tu último verso, cuyos anteriores nos llenan de tristeza y nada pueden ni los cinco minutos ni el té. muy bueno tu abordaje sobre el tema. susana zazzetti.

10 de enero de 2012, 10:27  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Bravo, Mónica!
Me pareció un breve y contundente alegato contra la mentira publicitaria.
Y como si eso fuera poco, en una bella factura.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

10 de enero de 2012, 18:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy bueno
Filosóficamente bueno.
desde graciela abrazo

11 de enero de 2012, 20:31  
Anonymous Anónimo ha dicho...

filosóficamente bueno
desde graciela abrazo

11 de enero de 2012, 20:33  
Anonymous Anónimo ha dicho...

bravo!
Filosóficamente bueno
desde graciela abrazo

11 de enero de 2012, 20:34  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Nos sucede con muchas cosas en la vida y sí, el te no es un plumero mágino y los minutos....pero a veces, tal vez, sirvan para menguar la ansiedad, o para bajar los pensamientos a la tierra. Tq Mónica, un beso amiga.

Lily Chavez

13 de enero de 2012, 16:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema lleno de coraje y síntesis, como si determinadas hipocrecías que ejercitamos a lo largo del día, se pudieran borronear facilmente sin dejar huella.

Susana Giraudo

14 de enero de 2012, 11:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Brutal poema.
Perfecto. Demoledor.
Me encantó.

Un abrazo,

Alicia Márquez

14 de enero de 2012, 18:27  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Mónica; nuevamente logras sorprenderme gratamente con tu poesía. Ese dejo de sarcasmo que emerge de los versos, casi sin querer, pero sacudiéndome, me hace ponderar siempre tu palabra poética. Una forma de decir que te define.
Abrazo y mucha suerte en tu recuperación.
Gra Bucci

15 de enero de 2012, 2:29  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Un poema sorprendente , me gustó mucho

maria elena tolosa

16 de enero de 2012, 19:19  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Este poema es un grito de alerta, dolor e ironía, frente a una realidad que arrasa hasta con ese mágico momento del té en que podemos detenernos y reflexionar o alimentar los afectos, aunque aquí se le de otro significado a ese bello rito que implica la hora del té.
Un gran abrazo
Juany Rojas

18 de enero de 2012, 22:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

La verdad de vivir, redonda y singular. La verdad de Ser entre el impulso que nos mueve hacia adelante y el dolor que nos hace detenernos, para trazar la ruta de nuestra causa. Puntual, atinado, sin estorbos, sin circunloquios, un poema para llevar a todas partes...

ALVARO BALTAZAR CHANONA YZA.

20 de enero de 2012, 14:03  
Blogger galáctica ha dicho...

Hola Mónica:En tu poema toda la tierra se lamenta, los árboles lloran, ese "polvo envejecido" que poco puede ofrecer al futuro, ese deterioro de la Pacha Mama, que obviamente es también el del propio cuerpo humano, está magníficamente expresado, con gran certeza también lo refleja la foto de Gus. Excelente poema , el final es un alegato, un señalamiento de cómo se vive en la absurda trivialidad como un avestruz, mientras estamos al borde del desastre.Saludos poéticos Irene Marks

21 de enero de 2012, 9:06  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Siempre con la palabra exacta, el mensaje profundo, los versos destacados y esa ternura que te fluye desde el alma.
Se te quiere mucho amiga!!!
Hasta verte en tu foto, muestra la sutileza que te caracteriza.
Mi admiración!!!

22 de enero de 2012, 1:49  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué belleza de poema. Trasmite una inminencia misteriosa con palabra breve y justa.
Susana Giraudo

2 de febrero de 2012, 14:17  

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