4/12/11

Poema consigna de Graciela Wencelblat


Atrapada la cabeza
entre manteles y repasadores
nadie reconoce que todavía
la cabeza de la mujer respira.
Sus pensamientos aparecen como
lápices sin punta su boca
con un grito interminable.
Entre tanta confusión
la vida se va apagando.
Fantasmas con guadañas
se preparan para cortar su dolor.



© Graciela Wencelblat
Pintura: Raúl Alonso

16 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

oscuridad y transparencia. la respiración, como la palabra: salva. impecable. susana zazzetti.

4 de diciembre de 2011, 10:39  
Anonymous angel rizzano ha dicho...

Graciela Tu Poema me retrotrae a

una cocina calabozo de la epoca

de las Abuelas,algunas prisioneras

de por "vida" de una mala "familia

que solo la muerte liberaba,tuve

una de mis Abuelas,Reyna por deci

sion y Amores de la Cocina.UN

ABRAZO Angel

4 de diciembre de 2011, 12:10  
Blogger Liliana ha dicho...

Doloroso y para pensar, como todos tus textos. Me gustan y me duelen.

4 de diciembre de 2011, 12:11  
Blogger galáctica ha dicho...

Hola Graciela:Tu poema muestra claramente cómo una mujer se queda sin voz, ahogada por repasadores, y sin posibilidad de expresión, con las salidas bloqueadas,en un callejón sin salida que resuelve metiendo la cabeza bajo las almohadas. En estas épocas de violencia de género y de cosificación de la mujer, es refrescante leer esta poesía, que nos advierte de los peligros de no pensar, de dejar que otros tomen las riendas de nuestra vida, en nombre de conceptos como "familia y unión" que cuando no son auténticos, terminan siendo un suplicio para las mujeres que son también muchas veces las que hacen prevalecer el modelgo machista. La falsa comodidad de las almohadas es también un paño de lágrimas para la mujer golpeada.Excelente y muy natural tu alegato, y muy acorde con la pintura Irene Marks

4 de diciembre de 2011, 12:13  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Bellísima tu pintura dentro de la pintura, Graciela! Y qué fuerza tiene tu voz al retratar las historias más vergonzantes de nuestra tierra.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León

5 de diciembre de 2011, 17:38  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Desolador y tan cierto. ¡Tanto!
"Sus pensamientos aparecen como lápices sin punta". Certero.

Un abrazo,

Alicia Márquez

6 de diciembre de 2011, 11:30  
Blogger ALICIA CORA ha dicho...

Muy duro pero bellísimo sin lugar a dudas. Me gustó leerte Graciela. Beso de Alicia Cora.

7 de diciembre de 2011, 14:37  
Anonymous Anónimo ha dicho...

David Antonio Sorbille dijo...
Querida Graciela: estupendo poema. Un abrazo.

8 de diciembre de 2011, 23:55  
Blogger Adriana ha dicho...

Excelente texto, Graciela. Duro y lúcido. Denuncia un crimen cotidiano, que la víctima y la sociedad consienten. Me fascinó eso de los lápices sin punta, símbolo de la imposibilidad de escribir-decir a la que quedó reducida la mujer, que no es más que su cabeza desesperada de asfixia. Buenísimo. Un beso grande. Adriana Maggio

9 de diciembre de 2011, 23:15  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué bárbaro Gra!! Lo que provoca en el otro la imagen es siempre distinta y me sorprendías a medida que recorría la imagen y me llegaban tus palabras. Muy bueno lo de los lápices sin punta , toda esa parte es fantástica. Felices Fiestas!!! desde

Lily Chavez

11 de diciembre de 2011, 7:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fuerte y profundo Graciela.
Te felicito por la interpretación.
Abrazo
Alicia Borgogno

13 de diciembre de 2011, 14:10  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Laberíntico y pleno de sugerencias,
magnífico poema Grace, te felicito.
Cariños

Elisa Dejistani

18 de diciembre de 2011, 1:20  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cara Grace,
un poema con diversas lecturas, sugerente y conmovedor, magnífico!
un abrazo

Elisa Dejistani

18 de diciembre de 2011, 21:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me deja un leve temblor persistente este poema.
Abrazo
Alicia Perrig

1 de enero de 2012, 17:20  
Anonymous Sonia Quevedo ha dicho...

Maravilloso; al igual que el pintor con su obra la batalla, muestran sus letras el poder de la imaginación y enorme sensibilidad que; al jugar con planos, columnas y laberintos, entrega una visón dolorosa y cierta de penosos sucesos de los pueblos.
Impactante poema y obra pictórica perfectamente conjugados.

“Nunca alza la voz de sus pinceles o sus lápices y posee su obra, planos, columnas y laberintos que hubiesen encantado a Borges”

7 de enero de 2012, 20:52  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Ay, Graciela! Tu poema debiera ser la divisa de tantas y tantas mujeres! Merece un aplauso cerrado.
Celina

28 de enero de 2012, 12:12  

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