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9/11/11

Poema de Marta Ortiz



pensaba que el deterioro
en la piel encrespada de mi madre
era ajeno a mí
como si yo no fuese
una astilla de tal o cual madera
que también cruje
se ablanda y un día se pudre

como el tronco exhausto
del viejo paraíso
ha dado ramitos de flores violetas

parece mentira
una vez más
su estela fragante

© Marta Ortiz

7 comentarios:

  1. Bien Marta!! hay mucha cosa tierna en ese poema y una flor que todos reconocemos.

    Lily Chavez

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  2. Que cierto y bello lo que escribes. Hermoso poema que describe el cómo nos damos cuenta de nuestro propio envejecimiento.
    Hermosísimo poema
    Antonio Macera

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  3. Qué hermoso Marta!! es muy bello lo que proponés!!

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  4. gracias, Lily, Antonio, Alejandra!!!
    este poema salió por asociación, el viejo paraíso daba florcitas ¡todavía! perfumaba, y pensé que la vejez es eso, todo cruje pero a la vez exhala un perfume como el que describe Clarice lispector refiriéndose a las rosas silvestres, a medida que se marchitan huelen más y mejor. algo de eso hay y algo de eso quise reflejar. Abrazos

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  5. Después de habernos parido y criado y de todo lo que nos dieron,
    los viejos nos enseñan a envejecer,
    que es la ciencia más difícil.
    Bien percibido y mejor escrito, Marta. Rubén Vedovaldi

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  6. Marta: muy bueno tu poema y muy buenas las reflexiones..sobre todo la del amigo Rubén..los viejos nos enseñan a envejecer..qué Tema!!!! Un besote, María Chapp

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  7. En este tiempo en el que empiezo a verme parecida a mi madre, tu poema me ha emocionado y ha puesto un toque de fresca esperanza con las flores del paraiso. Excelente, Marta, un abrazo

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