Poema de Paulina Vinderman

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El cielo se desovilla y olvido a las nubes
a medida que pasan porque ése es su destino,
porque habrá más en el aire oscuro y ninguna
es una rosa irreal en un desierto.

Tengo una cita con la noche, acá, en este estanque
cerrado, el alma a salvo, el recuerdo en pie.
Antes caerá el sol contra las paredes y fabricará sombras,
fragmentos de sombras como arias de ópera.

En temporada de sequía sólo me queda esta
estela de caracol, la búsqueda incansable de un pozo
en la arena cimbreante, con la precisión de un zahorí.
© Paulina Vinderman