Poema de Miguel Oyarzábal
BOMBARDEO DEL VINO
Nada más cruel que la tarde,
cuando como un martillo cae en el domingo
y no en el Lunes y o el Jueves,
por decir un día cualquiera.
Nada más pesado que el sol golpeando el horizonte,
la soledad apretándome los huesos y la sangre.
Uno se sabe marcado como un naipe,
destinado a perder y no estallar,
a empantanarse en su propia huella.
Se deja bombardear por el vino,
para que el pasado con su cuota de dulzura
retorne, al menos por un rato
© Miguel Oyarzábal
5 comentarios:
BRAVO MIGUEL en tan pocas lineas
nos dejas un Mundo de ternura,pro
fundamente humano,en la desespera
cion y la tenacidad de ese recuer
do sin traiciones.UN FUERTE ABRAZO
de La Alondra nevada y Mio.
Nada tan pesado como el sol en el horizonte, qué bueno Miguel. Un deleite leerte, un verdadero deleite. Muy buen poema, de un maestro.
Un abrazo
Lily Chavez
Siempre desesperamos y no creemos ver el final ,solo lo negativo nos ciega, es necesario aguardar con esperanza
maria elena tolosa
Poema fenomenal, como todo lo que escribís. "La tarde, como un martillo cae en domingo". Y sí, el domingo tiene esa cosa de despedida tan triste.
Un abrazo admirado.
Alicia Márquez
En cierta ocasión, escuchando una de las muchas historias de Don Luis Landriscina, explicaba a modo de preámbulo sobre la vida solitaria del hachero y el porque se embriagaba luego de la agobiante jornada. En tu poesía sobrevuela "el pasado con su cuota de dulzura" que retorna, al menos por un rato.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio