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29/10/11

Poema de Miguel Oyarzábal



BOMBARDEO DEL VINO

Nada más cruel que la tarde,
cuando como un martillo cae en el domingo
y no en el Lunes y o el Jueves,
por decir un día cualquiera.
Nada más pesado que el sol golpeando el horizonte,
la soledad apretándome los huesos y la sangre.
Uno se sabe marcado como un naipe,
destinado a perder y no estallar,
a empantanarse en su propia huella.
Se deja bombardear por el vino,
para que el pasado con su cuota de dulzura
retorne, al menos por un rato


© Miguel Oyarzábal

5 comentarios:

  1. BRAVO MIGUEL en tan pocas lineas

    nos dejas un Mundo de ternura,pro

    fundamente humano,en la desespera

    cion y la tenacidad de ese recuer

    do sin traiciones.UN FUERTE ABRAZO

    de La Alondra nevada y Mio.

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  2. Nada tan pesado como el sol en el horizonte, qué bueno Miguel. Un deleite leerte, un verdadero deleite. Muy buen poema, de un maestro.

    Un abrazo

    Lily Chavez

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  3. Siempre desesperamos y no creemos ver el final ,solo lo negativo nos ciega, es necesario aguardar con esperanza

    maria elena tolosa

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  4. Poema fenomenal, como todo lo que escribís. "La tarde, como un martillo cae en domingo". Y sí, el domingo tiene esa cosa de despedida tan triste.

    Un abrazo admirado.

    Alicia Márquez

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  5. En cierta ocasión, escuchando una de las muchas historias de Don Luis Landriscina, explicaba a modo de preámbulo sobre la vida solitaria del hachero y el porque se embriagaba luego de la agobiante jornada. En tu poesía sobrevuela "el pasado con su cuota de dulzura" que retorna, al menos por un rato.

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