Poema de Graciela Wencelblat
Guarda las piedras en busca del camino
donde los relojes se detienen.
Su ceguera ulceró los ocasos
tatuajes de abismo al llegar al límite.
Cuando la tierra cede :
................... Recordar
................... permanecer
................... hilar costumbres.
Duele ser ese instante de uno mismo.
© Graciela Wencelblat
15 comentarios:
exquisito verso final, sostiene todo el verso, muy bueno. susana zazzetti.
Gracias Graciela por compartir este hermoso poema. Sin lugar a dudas refleja la excelencia de tu pluma. Besos de Alicia Cora.
Un cierre perfectamente bello, profundiza y respalda la fuerza del poema... Muchas gracias Graciela
Graiela , un bello poema con excelente tecnica y hermosas imágenes , gracias por encontrarnos siempre aqui
maria elena tolosa
Ese gran poema necesitaba la frescura de esa ilustración, buena postal.
Un abrazo
Betty
Me encantó el poema. Me conmovieron especialmente el inicio (con esa admirable vuelta de tuerca: tener en la mano las piedras para señalar el camino, pero no tener aún camino para señalar)y el verso final lleno de angustia. Gracias. Un beso grande. Adriana Maggio
Muy bueno y breve con un cierre más que bello.
Cariños
Alicia Borgogno
¿Qué maravilla de imágenes y qué profundidad de sentidos en tu poema, Graciela.
Leerte siempre es una fiesta.
Aplausos y besos
María Rosa León
Duele saber, duele estar despierta.
Duele, sí.
Y hace nacer poemas espléndidos como el tuyo.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Las metáforas de este gran poema son estupendas, maravillosas. Y el final, ya se ha dicho, de antología. Bravo, querida Gra.
Jorge Luis Estrella
estupendo^ amore^^^
buhamente^^^
m.e.
Querida Graciela: que tejer en la incertidumbre??? a veces duele ser instante pero es todo lo que hay para vivir: instantes, presente, ahí poner la piedra fundante el camino...besos, María Chapp
Carissima Grace,
hay una búsqueda de eternidad en esta letra, capaz de subyugar como la piedra, que con su plenitud conserva aún la magia de lo primitivo y lo sacro de su procedencia y representación. Tal vez por ello hay una complicidad entre el camino y las piedras, que aunque la /tierra ceda/ y /los relojes se detengan/, permanecen y nos recuerdan lo que somos.Te felicito! Muy bueno amiga, también con todo cariño,
te abraza
Elisa Dejistani
Y duele serlo.Llegó y arribo en mí tu poema
besos
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