Poema de Paulina Vinderman
Es un atardecer como cualquier otro
y no puedo sobornar al mundo.
Cuando el sol se pone, una minúscula muerte
agita sus colores como mariposas sobre
mi pensamiento.
Es también un balcón minúsculo y éste será
un poema minúsculo.
Las ciudades están construidas de anhelos y de miedos.
Todo es espera y dolor en el bosque del mundo
mientras oímos una celesta desafìnada
y cacerolas de hierro como runas antiguas
en la cocina de una madre presa de su amor.
Cuando la noche llegue,
reunirá los grumos de la oscuridad: plaquetas
para bloquear la sangre.
“El chorro de sangre es poesía”, el recuerdo de la
pared rosada es el tema de tu lienzo, tu alada obsesión.
© Paulina Vinderman
6 comentarios:
Maravilloso Paulina, palabras que dejan huellas.
Cariños
Andrea
Un bellísimo poema. Cómo me gustaría Paulina conocerte personalmente, lamentablemente no pudiste estar presente la vez que se te anunció en el Grupo Pretextos y creo que en el Salon Dorado también....pero no pierdo las esperanzas, mientras, te disfruto en la lectura.
Un fuerte abrazo y mi admiración.
Lily Chavez
Nosotros somos como esas ciudades, construídos de anhelos y miedos Bello tu poema Paulina!
Como siempre, Paulina, originalísimo tu poema, con ser un poniiente como tantos otros. Lo rosado, LO celeste, si sefguimos el son desafinado de lka connotativa palabra "celesta". Unís lo cotidiano con lo mágico, lo pasado con lo presente.Es una hazaña
hacer poesía cuando la poesía se coagula. Gracias por dejarnos pasar a tu balcón minúsculo. Con la esperanza de aprender y saber difundir tu maestría.
Un abrazo
Isabel Llorca Bosco
PAULINA a pesar de oscuridades,nos
deja un Bello Poema Bello,pleno de
figuras sentidas y originales
UN ABRAZO Angel
querida paulina..como tu siempre tu poesía con el hondo sonido del silencio!!un abrazo, maria del mar
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