Poema de María Amelia Diaz
Disco rayado
Las flores en un florero azul
un retazo de baldosas en damero bajo el sol donde una tarde brilló y desde entonces siempre brilla en la memoria.
las pestañas de aquella muñeca prohibida que cerraba los ojos
el perfume acidulado de la magnolia grandiflora
cierto ademán trinchando el aire con la mano
una mirada de amor
las ruedas de la bicicleta que giran sin detenerse nunca
la risa inocente por cualquier cosa
la risa porque la calesita y la plaza giran en sentido contrario
la sombra verde de los árboles de enero cuando la abuela me contó el único cuento
las caricias que inauguraron el cuerpo
las hojas doradas que pisamos en un otoño cualquiera
el mar que es uno y para siempre
el frío en los huesos cuando una mirada de desprecio
y el bolero de Ravel y y Vivaldi
que nos devuelven la primavera al mundo
el vagido del hijo que abrazamos por primera vez siempre
las montañas descubiertas en un horizonte con los ojos de Eva
la suavidad del gato que un día rescatamos del desamparo de una calle vacía
la mesa de Noche buena con todos
la mesa Año Nuevo con menos
Son apenas hilachas que la memoria recupera
para zurcir este vestido gastado por el viaje.
© María Amelia Diaz
5 comentarios:
David Antonio Sorbille dijo...
Excelente texto, Maria Emilia. Un abrazo
María , disfruté todos los versos con ese gusto a recuerdos que tienen,un abrazo
Betty
María Amelia: cómo fluye tu poesía, cómo nos lleva, cómo la sentimos. Cada hito en una vida, intenso como un relámpago, nos atraviesa como una flecha y lo decís con imágenes que comunican, que conmueven. Magnífico poema. No hay palabras. Saludos poéticos Irene Marks
p.D.Tu libro es maravilloso
A veces se quiere ubicar el Alma,
es este tu Poema,es ese cofre que
atesoro Vida y quedo latente,este
gesto de fe,de NO al olvido,fiel
hasta el final y hacia el futuro.
SALUDO Tu Alma MARIA. angel
Gracias a todos por esos comentarios que completan el poema
María Amelia
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