22/10/25

Poema de Daniel Arias

 


Aquí nadie duerme,

la ciudad con los escombros del día

reposa como un pájaro alucinado,

el silencio del asedio se extiende

en un paisaje de murallas

no se debilita ni amaina ni promete,

hace su esforzado trabajo destructor.

 

Amanece,

los peregrinos ahogados

por el veneno del maquillaje,

los arrojados a la tempestad,

los de mejillas oscuras,

los que desean ser libres,

todos en un canto coral,

arrodillados en largas filas

nos inclinamos en la esperanza,

somos huéspedes de la tierra

y ya no tenemos temor.

 

© Daniel Arias

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