9/7/25

Poema de Mabel Sierra Karst

  


Tus palabras

 

No escuchar tu voz

al nacer el día

como en las mañanas

de mi infancia

cuando las horas

eran largas,

la luz del sol caía

sobre tu vestido

y aún no imaginaba

el peso de la ausencia.

Qué hacer con el silencio

que me dejaste,

la luz de agosto

perdida en las veredas.

Cerrar los ojos

al amparo de un aguaribay

mecido por el viento

y desde allí regresar

a los rosales y las uvas,

a las siestas doradas

en la casa pequeña,

a tus manos tejiendo

mi corona de hojitas y flores

y a tu mirada 

que brillaba en un espejo

cuando secabas la lluvia

enredada en mis cabellos.

 

© Mabel Sierra Karst

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