Eliana Amschlinger comparte a Elizondo/Domínguez
El hombre con ochenta corazones
Carece de esqueleto, carece de pulmones,
ni un hígado siquiera, neuronas ni duodeno.
Apenas un manto de piel inútil, obsceno,
Pero es el hombre con ochenta corazones.
Su cuerpo es un bulto inflado de chichones;
camina muy mal, trotar no puede, correr menos.
Es blando y maleable como los barros morenos.
Pero es el hombre con ochenta corazones.
Fue hecho (o se hizo) para pocas funciones
en las que sobresale o, mínimo, es bueno.
El resto de los actos humanos le es ajeno.
Pero es el hombre con ochenta corazones.
Su vida será un breve desfile de lesiones;
cuando se hiere sangra a chorros y sin freno.
Puede que pierda un par por el robo o el veneno.
Pero es el hombre con ochenta corazones.
© Leonel Elizondo
"Espantapájaros"
quién carajo dice
que lo que no se nombra no existe
si mis sones
son las cartas no escritas de los suicidas
si mi lumbre
hace sombra para ahogarme
si este ardid de vida mía
es de otros
si esta violencia indecible en violencia
destroza la sutura de piel
y deja escapar
mi alma de huecos flecos
yo espantapájaros
© Martín Domínguez
Etiquetas: Eliana Amschlinger
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio