Poema de Gerardo Lewin
Micrófono abierto II
A Inés Manzano
Derrama, madre,
tu luz sobre nosotros
pues hemos olvidado
tus palabras,
como semillas que no prosperarán.
¿De qué estabas hablando?
Nunca supimos que nos calcinarías
con nuestro propio fuego:
vinimos para oírte
y la ponzoña de los días
confunde tu voz con hachas, con hechizos.
Ya no sonrías: amar te facilita asesinarnos.
Te ofrendamos
mínimas excrecencias sordas,
ingenuos modos de persistir en ti.
Regrésanos mañana
a las vitrinas polvorientas del olvido,
distribuye al azar
nuestros retratos por las calles, preguntando:
"¿Ha visto usted este rostro?"
© Gerardo Lewin
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