(Urdir el
Desencanto Era El Preludio)
Ya no
seremos los inconquistables
Los
entendidos del porvenir y de la noche.
Los que
anunciaron el abordaje con sus garfios
rotos.
Nunca
habremos de edificar el tiempo perdido
con una
cuchara de hueso
Ni
pronunciar jamás una oración
para
hacernos invencibles.
El libro de
los muertos ya se abrió para nosotros,
y expiró el
canto que los pájaros de la eternidad
nos prodigaban.
Nada de eso
queda. Ni el mate amargo
que detuvo las horas.
Tu gloriosa
batalla nos ha redimido de los recuerdos
Con
vocación de jeque blanco llegaste del
desierto,
te
inscribiste en un mar sagrado de esperanza
y esperaste
a contemplar lo recorrido,
como el
grumete alerta de un barco fantasma.
No. Ya no
seremos eternos.
Ulises no
nos buscará en esta playa.
Las sirenas
cantaron sólo una vez.
Y lágrimas
de dolor bañaron mi rostro.
© Manuel
Ruano (1943-2017)
Las
hermanas revuelven un baúl en la casilla
de madera
construida
por el padre. Es enero y el calor abruma en
la azotea.
La
siesta no tiene sueño
cazadora de
tesoros mueve sus dedos
en
distintas texturas: vestidos viejos , libros, fotos, relojes, cartas amarillas.
Lo que se
guarda enmarañado, confuso, con olores imprecisos
agudiza la
fantasía, es fuelle de invención. Atrae como la muerte
en los
cuentos de la infancia. La memoria interroga al pasado
para seguir
fluyendo.
© Elena Garritani
Excelente elección el poema de Manuel Ruano. Me gustó leer tu poema. Gracias. Dolores Pombo
ResponderEliminarManuel Ruano: desolador.
ResponderEliminarElena: te vi buscando en el baúl. Lo enmarañado agudiza la fantasía.
Tan Manuel!!
ResponderEliminarY ese baúl, me metí dentro!!
Besosss
EXCELENTE!!!!1
ResponderEliminarMARIA DEL MAR
Manuel Ruano: algo similar al dolor y olvido describe este bello poema. Cuanto sentimiento.
ResponderEliminarElena Garritani: La magia de la fantasía, ese crear mentalmente y soñar… Días maravillosos de la infancia.
Muy hermoso.