Ardió la
tarde
con el
último rayo expirado;
llamas
indemnes
confinan
cenizas de deseos.
Sucintas
señales luminosas
revelan la
prudencia de la noche
amedrentada
por memorias de luz.
Todo el
fuego estulto
es pedregal
de destinos cumplidos.
Ardió la
tarde
imposible
resarcir turgencias
de tiempos perdidos.
© Adela Margarita Salas
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