Magnolias
La tarde me suelta
las cintas del pelo.
Qué pronto oscurece.
Camino despacio,
se mojan mis botas.
No voy a llorar.
Ahuyento el perfume
que insiste en seguirme.
Le digo que no.
Sola estoy llegando a tiempo.
Pero cuánto duele.
El barro es amigo.
Se queda en las uñas
dormido en los dedos.
Él trae un ramito de flores
demasiado grande.
No es para mí.
Está pegoteada
la cara del viento.
Llueve todavía.
¿Y qué pensarán las magnolias
de mi tristeza?
© Silvia Rodríguez Ares

trisre. íntimo. soberbio en su belleza. susana zazzetti.
ResponderEliminarPoema tan bello y delicado como las magnolias. Graciela Barbero
ResponderEliminarPoema que, aunque el barro ensucie las botas, está escrito con una dulzura de puntas de pie.
ResponderEliminarAbrazo,
Alicia Márquez
Me gustó mucho el poema, Silvia. Susana Baquero
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